"When you smile, I feel 101 % happy"

jueves, 19 de septiembre de 2013

Do I belong to this world?

Tal vez el mundo sea demasiado homogéneo, o tal vez sea yo la distinta. Me detengo a pensar si es por fortuna o por desgracia que entro dentro de esa minoría, ese diminuto clan de soñadores que esparcidos por el mundo, dicen y piensan cosas -raras a los ojos de otros- y, a causa o como consecuencia de ello, son felices. Digamos que no somos gente común, no? La acción poética está casi extinta, pero yo entre otras personas me encargo de revivirla aunque sea para mí misma, porque creo que es lo único que mantiene el corazón en calma y los pies algo más cerca de la tierra. Blogs, poemarios y cuadernos llenos de ideas, una pared llena de recordatorios y reflexiones son una buena práctica. Sin embargo, la palabra raro no es una buena aproximación para describir a este tipo de gente al que, digo, pertenezco.

¿Peculiar? ¿Particular? Tal vez. Si conocéis a gente que escriba listas de deseos, escuche música en sueños y hasta se plantee la posibilidad de escribir un testamento o un diario que resuma su vida -detallada- a los diecisiete años, seguramente sería interesante conocernos....Soy de las que se pierden en las palabras y se refugian en los libros durante horas porque es la escapatoria de la rutinaria vida del siglo XXI. Cada mañana intento hacer algo que haga mi día un poco diferente, algo más especial. Cada día gasto horas -con provecho- reflexionando acerca de todas las cosas pensadas y por pensar, las que todos se preguntan y pocos responden, e incluso las que nadie se pregunta. A menudo pienso que necesito una especie de alma gemela, una de esas personas con quien puedes compartir todo, absolutamente todo; un amigo o amiga que sea para mí más que un hermano, que comparta mis tonterías y las que no lo son tanto. ¿Existe de verdad esa clase de personas? No me refiero a un novio, ni tampoco a una amiga con la que puedes pasar horas y horas hablando sobre celebridades y productos de belleza. Me refiero a otra ''excepción'', otra persona de esas minoritarias de las que hablábamos al principio.

Tal vez exista una única persona que, como yo, pueda pensar en cosas inimaginables y entender las que nadie entiende que yo pueda plantearme. Esa clase de persona de la que aprecias hasta los defectos y no le importan los tuyos. Esa clase de persona con la que sientes que eres más ''tú mismo'' cuando estás con él/ella que cuando estás solo. Una especie de relación en la que no existen intereses, ni conveniencias, ni ''friendzone'' ni rollos de esos; con la que hablar sin tapujos ni escrúpulos, sin camuflar ni filtrar ni un ápice de los pensamientos que crucen tu cabecita; soñar libres y hacer de esta vida lo que queramos a nuestra manera y como cosa buena, sin importar una mierda lo que los demás opinen. Sí, los 238 Deseos de mi Lista (LCME) no son ni la mitad de los necesarios para suplir el precio de encontrar a alguien así, una de estas especies humanas '''en peligro de extinción''.

Definitivamente, el mundo necesita locos.



-¿Estaré volviéndome loca? - Eso me temo, Alicia. Has perdido el juicio, estás loca, chalada, majareta. Pero te diré una cosa: las mejores personas lo están.



domingo, 15 de septiembre de 2013

Sal con una chica que lee

Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el clóset porque ha comprado demasiados. Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una biblioteca. 
Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas.
Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos.
Invítala a otra taza de café y dile qué opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella. 
Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace. Por lo menos tiene que intentarlo.
Miéntele, si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo. 
Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos. 
¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la sagaCrepúsculo. 
Si te llegas a encontrar una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son.
Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype.
Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de vosotros, tendreis hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos The Cat in the Hat yAslan, e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminareis juntos los inviernos de la vejez y ella recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas.
Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.
O mejor aún, a una que escriba.

sábado, 14 de septiembre de 2013

La vida es corta, pero bien vivida, es más que suficiente.


Find your way, meet good friends, learn a lot,keep happiness, be yourself. Work hard and be nice people. That's all!...Then, CARPE DIEM.

martes, 10 de septiembre de 2013

Versibus Fugit.

Acuna el purpúreo ocaso 
las frías noches del otoño: 
abrazo lechoso de un claro de luna,
espejo oscuro, reflejar del día,
ambiguo arrullo de tu bella letanía.

Maravilla renacida de las sombras,
eres para mí fugaz deseo,
sueño volátil, delicioso,
inspiración perpetua, a la conciencia asida,
la frugal visión de tu caducifolia vida.

Gozo inefable, cubres mis ojos de llovizna
para sentir más lento tu reclamo,
para ver de nuevo sus pupilas yertas;
para que en el claroscuro de las ramas
se me figure la curva de su innífuga sonrisa.

Septiembre eviterno,
eres la esencia dorada y ocre
escanciada entre los valles,
eres un efímero recuerdo 
de las tardes sin nombre
y los paseos sin rumbo,
pasos valientes sin sur y sin norte.

Me invita tu ser 
a degustar auroras más descafeinadas,
a tocar violines mejor afinados,
a compartir pensamientos desmesurados,
a esclarecer las ideas por el tiempo ahumadas.
Rendirme en tu bohemia vida ansío,
perderme para siempre en el compás de tu rapsodia,
a vencer mi alma en tu reposo sosegado,
antes de que el frío desmenuce mis sentidos.

Eres primavera anticipada,
aire puro entre las hojas cobrizas,
ondas de viento en armonía, 
libertad, batir de alas,
comunión de estrellas en un mismo firmamento,
cárdeno sentir de mis latidos en el pecho,
inspiración curiosa, clandestino verso,
cantar de almas perdidas, presagio sempiterno.

Despiértame cuando, rumiando las sombras,
devorando los minutos, consumiendo los segundos,
en la espesura del invierno se confunda el día.
Permanece solo, candente, latente,
en corazones solitarios henchidos de poesía.

                                                  Silvermist.