"When you smile, I feel 101 % happy"

viernes, 1 de junio de 2012

Legend.


Camino bajando la empinada cuesta de esta calle seca y polvorienta. A mi lado, las casas inclinadas forman una hilera como si me hicieran pasillo. Camisetas, faldas y vestidos se balancean vaporosamente al son del escaso airecillo caluroso, colgados a lo largo de enormes cordeles que hacen de tendedero en las ventanas de las casas. El sol, roto, perezoso, caliente y fatigado por el ajetreo del dia, descansa ahora y se estanca en los tejados y las acequias pedregosas, despidiendose disimuladamente. Miro al frente y contemplo la ciudad desierta: no hay nadie, no hay niños que jueguen, corriendo descalzos tras la pelota; tampoco hay señoras que vayan al mercado ni hombres que vuelvan de su agotadora jornada de trabajo. Solo yo, aqui en esta angosta carretera, entre coches grises con aspecto abandonado y tiendas desvencijadas con los escaparates medio vacios. Soledad no es la palabra. En realidad se esta bien, con la unica compañia del silencio envolvente y un revuelo de pensamientos que se ordenan en la cabeza como notas de musica en un pentagrama, acoplandose organizadamente para dar una agradable melodia.
Esta ciudad recoge el ambiente misterioso de una extraña historia, un manojo de tradiciones inexplicables y que no se dan en las demas ciudades del mundo: aqui la gente sale al caer la noche y por el dia descansa, se oculta en sus casas y parece que sea una ciudad abandonada. La luna toma las riendas y las estrellas animan a los niños a salir de sus hogares, a las ancianas a juntarse en enormes corros y a contar historias de su pasado, como en una tribu india que trasmite su historia a los mas pequeños haciendo que perdure la cultura. Dice la leyenda que salen por la noche para no ver los desastres, ni poder conocer la guerra, la maldad, la destruccion, la corrupcion, el miedo, el orgullo, la vanidad o la mentira...
...Miro a mi izquierda y, de entre los toldos de una tienda sucia y escondida, veo un niño salir. Un niño del color del chocolate con unos ojos brillantes y el pelo negro y rizado. Parece asustado, y al verme se oculta rapidamente con la expresion de un niño pequeño al que le han pescado haciendo algo que no debia. Su mirada castaña, impoluta, se clava en mis ojos suplicando que no diga nada a nadie. Le respondo con un guiño de complicidad, y sonrie con una amplia e impecable sonrisa. Mira hacia atras y, por vez primera, sale a la calle con el sol aun despuntando en el horizonte, oro liquido que derrama sus rayos debiles sobre la calzada.  Corre cuesta abajo y desaparece, cargado de felicidad, entre las casitas a lo lejos.
Sonrio y pienso en el momento en que llegue a su casa y, esquivando la mirada furtiva y seria de su madre, cuente a los demas niños del pueblo lo que tanto tiempo se les habia ocultado: la belleza, el calor, la alegria de las calles, las maravillas del sol, el ruido de los mares y las gaviotas, los animales corriendo, la musica en los oidos y las flores brotando de las semillas en los campos de girasoles...

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