Esta ciudad recoge el ambiente misterioso de una extraña historia, un manojo de tradiciones inexplicables y que no se dan en las demas ciudades del mundo: aqui la gente sale al caer la noche y por el dia descansa, se oculta en sus casas y parece que sea una ciudad abandonada. La luna toma las riendas y las estrellas animan a los niños a salir de sus hogares, a las ancianas a juntarse en enormes corros y a contar historias de su pasado, como en una tribu india que trasmite su historia a los mas pequeños haciendo que perdure la cultura. Dice la leyenda que salen por la noche para no ver los desastres, ni poder conocer la guerra, la maldad, la destruccion, la corrupcion, el miedo, el orgullo, la vanidad o la mentira...
...Miro a mi izquierda y, de entre los toldos de una tienda sucia y escondida, veo un niño salir. Un niño del color del chocolate con unos ojos brillantes y el pelo negro y rizado. Parece asustado, y al verme se oculta rapidamente con la expresion de un niño pequeño al que le han pescado haciendo algo que no debia. Su mirada castaña, impoluta, se clava en mis ojos suplicando que no diga nada a nadie. Le respondo con un guiño de complicidad, y sonrie con una amplia e impecable sonrisa. Mira hacia atras y, por vez primera, sale a la calle con el sol aun despuntando en el horizonte, oro liquido que derrama sus rayos debiles sobre la calzada. Corre cuesta abajo y desaparece, cargado de felicidad, entre las casitas a lo lejos.
Sonrio y pienso en el momento en que llegue a su casa y, esquivando la mirada furtiva y seria de su madre, cuente a los demas niños del pueblo lo que tanto tiempo se les habia ocultado: la belleza, el calor, la alegria de las calles, las maravillas del sol, el ruido de los mares y las gaviotas, los animales corriendo, la musica en los oidos y las flores brotando de las semillas en los campos de girasoles...
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