"When you smile, I feel 101 % happy"

lunes, 14 de mayo de 2012

En un rinconcito de África.

Salgo de la cabaña... El sol calienta tibiamente, con sus primeros rayos, las flores blancas que se desperezan, somnolientas, a ras del suelo. Huele a café, a tierra seca y a cuero. Salgo, me recojo el pelo en una trenza algo despeinada y me tumbo en la hamaca de lino que cuelga de las ramas más bajas del roble. Que bien se está aquí... Además, aquí en África se contemplan las más bellas puestas de sol, un sol vivo y ardiente, rojo y perfectamente esférico, como si alguien subiera por la mañana a trazarlo con un compás para que todos lo pudieramos admirar al atardecer.

El aire seco y caliente envuelve las ramas perezosas de este gran árbol ancestral. A menudo vengo aquí a ver las estrellas, e intento descifrar las extensas constelaciones que aparecen como purpurina bañando un gran manto azul zafiro.

Ahora cojo mi iPod y pongo a poco volumen la canción 'Your Guardian Angel', de The Red Jumpsuit Apparattus, una de mis favoritas. Me descalzo y saco del escondrijo mi cuaderno de terciopelo color borgoña. Cojo mi boli dorado y empiezo a escribir. Como de costumbre, las ideas fluyen como peces en un río, llenas de imaginación, de sentimientos, de música. Paisajes, personas, olores, texturas y sonidos se agolpan en estas páginas, que poco a poco se empapan de tinta.

Viajo a la India, a Italia, a Oriente, al Océano Pacífico o a Brasil; me veo volando en mi alfombra mágica a donde me lleve la mente.

Si cierras los ojos es más fácil aún; imagina elefantes, leones, águilas, gacelas o salamandras. Tararea la primera canción que te salga del corazón, recrea lo olores que evocan esas imágenes...y entonces, cuando  tengas todo eso en tu cabeza, sácale una foto y deja que que el bolígrafo corra libre por el papel...

¿Sabeis un secreto? Todos los días, una niña de liso pelo oscuro y brillantes ojos azules viene a escondidas cuando oscurece y lee mi cuaderno, empapandose de historias a la luz de la luna, creyendo que yo no la veo.

Ahora tengo que irme, bajar de este hermoso roble; pero esconderé una vez más mi cuaderno entre sus raíces para que ella, la niña misteriosa, pueda leerlo esta noche y vivir una aventura más antes de irse, silenciosa, a su cabaña.



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